lunes, 14 de noviembre de 2011

El sistema educativo no puede quedar al margen de los nuevos cambios. Debe atender a la formación de los nuevos ciudadanos y la incorporación de las nuevas tecnologías en la sociedad, que favorece los aprendizajes y facilita los medios que se utilizan para el desarrollo de los conocimientos y de las competencias necesarias para la inserción social y profesional. Debe también evitar que la brecha digital genere capas de marginación como resultado de la analfabetización digital.
El saber no esta muy presente en la sociedad actual, sin embargo la educación no puede sucumbir a este abuso. No debe confundirse saber e información. Las nuevas tecnologías dan acceso a una gran cantidad de información, que no ha de confundirse con el saber. Por esta razón lo primero que debe hacerse explícito es la incorporación de las nuevas tecnologías en la educación, y es los nuevos recursos informáticos pueden contribuir al desarrollo de las capacidades cognitivas de los alumnos.
Las tecnologías constituyen un medio como que ofrece un acceso instantáneo a la información. Cada uno de los alumnos debe de enriquecer y construir su saber a partir de esa información. Para que estas tecnologías estén verdaderamente al servicio de la enseñanza y del aprendizaje y contribuyan a la formación de los ciudadanos y los trabajadores que necesita esta sociedad, tal incorporación tecnológica debe estar acompañada de una evolución pedagógica. Las nuevas tecnologías exigen un cambio de rol en el profesor y en el alumno. El profesor no puede seguir ejerciendo sus funciones tradicionales a la hora de enseñar al alumno. Ambos deben de adaptarse a este mundo de cambio en el que vivimos.
Las tecnologías de la información y de la comunicación han sido incorporadas al proceso educativo desde hace unos años. Aún no existen estudios concluyentes que permitan afirmar que la utilización de los medios informáticos en la educación ha servido para mejorar los resultados académicos. Se ha observado que las tecnologías de la información suscitan la colaboración en los alumnos, les ayuda a centrarse en los aprendizajes, mejoran la motivación y el interés, favorecen el espíritu de búsqueda, promueven la integración y estimulan el desarrollo de ciertas habilidades intelectuales tales como el razonamiento, la resolución de problemas, la creatividad y la capacidad de aprender a aprender. Para los profesores las tecnologías informáticas han servido hasta ahora para facilitar la búsqueda de material didáctico, contribuir a la colaboración con otros profesores e incitar a la planificación de las actividades de aprendizaje de acuerdo con las características de la tecnología utilizada.

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